¡Después lo hago!

¡Después lo hago!

Escrito por Damaris Martínez Sedas
Adolescentes

El día tiene 24 horas, y generalmente lo dividimos en ocho horas de sueño, más ocho horas para ir a la escuela o trabajo, más otras ocho horas para actividades varias como pasatiempos, deportes, familia, iglesia, etc. Sin embargo, hoy en día personas de todas las edades posponen o aplazan tareas, deberes y responsabilidades por otras actividades que les resultan más gratificantes pero que no son importantes, a esto se le llama procrastinar; en otras palabras, cuando se tiene una actividad pendiente de concluir puede generarse una sensación de ansiedad, por lo cual se evade esa tarea realizando otra actividad sin importancia. Por ejemplo, cuando tienes que estudiar para un examen y aplazas ese deber platicando con tus amigos en redes sociales.

“Hay un tiempo señalado para todo,
un tiempo para cada actividad bajo el cielo…
Un tiempo para llorar y un tiempo para reír;
un tiempo para entristecerse y un tiempo para bailar…”
Eclesiastés 3:1,4. (NTV)

Debido a que existen muchos distractores que te impiden avanzar y cumplir tus objetivos, analiza todos los días lo que haces con tu vida. Revisa constantemente tus hechos y evalúa lo que te está redituando más crecimiento espiritual y personal. De las 24 horas del día, ¿Cuánto le dedicas a Dios, a tu familia, a tu crecimiento académico, a tus amigos y a tus pasatiempos?

“Bienaventurada es nuestra juventud cuando no deja recuerdos que nos avergüencen en la vejez.”*

Una persona que nunca necesitó que le recordaran que su tiempo era para dedicárselo al Señor fue el Hijo de Dios, Jesús. Después de asistir a la fiesta de la Pascua con sus padres terrenales, Jesús tomó la decisión de quedarse un poco más y pasar un tiempo en la casa de su Padre celestial. Incluso a la temprana edad de doce años, él entendió cuál era la mejor forma de usar su tiempo. **

Así que, aquí te dejo algunas estrategias para administrar mejor tu tiempo y dejar de procrastinar:
1. Pon metas y objetivos
2. Piensa en lo que podrías ganar
3. Establece una rutina
4. Haz primero las tareas más molestas
5. Prémiate por el logro obtenido

Cuida tu tiempo, es el tesoro más valioso que posees. Procura que al final de cada día puedas decir:
“¡Qué provechoso fue!”, y no digas: “¿En qué se me fueron las horas de este día?” Aprovecha éste hermoso y preciado obsequio de Dios.

Bibliografía:
*Askenazi E. (2007). Bat Mélej. Reflexiones, consejos y relatos para la superación de la mujer judía. 1a Ed. México, D.F.
**Frazee R. D. (2015). Creer para jóvenes. 1a Ed. Miami, Florida.

Cuidado Personal

Cuidado Personal

Como sabes, la adolescencia es una etapa en la que ocurren muchos cambios, de todo tipo: físicos, emocionales y sociales. Por ejemplo, en la manera de vestirte, las relaciones que tienes en tu escuela, con tu familia, en tus emociones, etc. Algunos de estos cambios los puedes ver en tu cuerpo, y de esto hablaremos hoy.

La mayor parte de este desarrollo en el organismo se debe a unas sustancias llamadas “hormonas”. Las hormonas son producidas por la tiroides, riñón, páncreas, hígado, testículos, ovarios, entre muchos otros órganos más; y son ellas quienes nos envían mensajes químicos para regular diariamente: el sueño, el apetito, el humor, la digestión, el ritmo cardiaco, la sudoración, presión arterial, etc. Así, podemos entender por qué desde los 12 años (o antes) hay cambios en nuestro cuerpo como: crecer en estatura; la voz se puede volver más grave (gruesa); sudamos más (y el olor ya no es muy agradable); la cara se puede llenar de grasa y/o barros; el vello en axilas, zonas íntimas, brazos y piernas aumenta; tenemos más sueño de lo habitual; tenemos más o menos hambre que antes.

Y aunque estos cambios hormonales no dependen 100% de nosotros mismos, sí hay cosas que podemos hacer para cuidar nuestro cuerpo y aspecto personal, hablando de la salud. Pero, mi cuerpo y la salud, ¿qué tienen que ver con Dios? Pablo nos responde con una parte de su carta a los Corintios al decir: ¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo? (…) Ustedes no son dueños de sus propios cuerpos; fueron comprados por un precio. Por tanto, honren con su cuerpo a Dios. Entonces, ¡tenemos que cuidar nuestros cuerpos! Para con ello, honrar a Dios. Y ¿cómo lo cuido? Te dejo algunas recomendaciones:

  1. Higiene personal: se debe tener la costumbre del baño diario, teniendo especial atención en la cabeza (cabello), axilas, cuello, zona genital y pies, pues son las partes que más sufren los efectos de la sudoración;  debes evitar el uso de cualquier tipo de cremas para el acné (la mayoría son perjudiciales para la piel, es mejor que consultes a un experto); también asear los dientes (constantemente) y orejas (evitando el uso de hisopos que pueden provocar infecciones); por último, tener uñas limpias y de preferencia bien recortadas (recto).
  2. Actividad física: se recomienda en la adolescencia realizar ejercicio físico aeróbico (por ejemplo, caminar o correr, nadar o andar en bici) durante 60 minutos al día. 
  3. Descanso: Dormir de 8 horas y media a 9 horas y media diariamente; el sueño ayuda a nuestro cerebro y cuerpo a descansar y fortalecerse. 
  4. Lectura: lee mínimo una hora al día. Con la lectura se pueden prevenir o retardar enfermedades en la vida adulta como demencia o Alzheimer. (De preferencia lee la Biblia)

Todo lo que somos y tenemos, incluido nuestro cuerpo, es por y para Dios. Cuidémoslo y eso nos ayudará a sentirnos bien en todas las esferas de nuestra vida.

Bibliografía: www.imss.gob.mx/salud-en -linea/guia-cuidado-adolescente.

Responsabilidades en el hogar

Responsabilidades en el hogar

Generalmente la familia es el primer grupo y equipo del cual formamos parte en nuestra vida. Es ella quien nos convierte en seres sociales, al transmitirnos todo el cúmulo de conocimientos, normas, valores, principios, usos y costumbres que constituyen a la sociedad.

Tradicionalmente los roles del padre y madre eran marcados por actividades dentro y fuera de casa como: el cuidado de los hijos, el sustento económico, el manejo y mantenimiento de la casa, entre otras cosas. En la actualidad, esto ha cambiado; es importante que toda la familia realice las actividades del hogar para mantenerla en orden, es preciso el trabajo de padres e hijos. Cuando en casa todos los miembros de la familia participan se siente un ambiente armónico y de unión, pues cada uno de ellos se preocupa porque cada integrante se encuentre bien, sin importar su edad o rol que desempeñen. Es primordial que cada uno aporte su granito de arena para ayudar en las tareas de la vida diaria. Estos hábitos están a la formación de virtudes como la responsabilidad, la autonomía y la autoestima. Los chicos, por ende, se sienten miembros activos dentro de la familia y saben que de ellos depende en parte el buen funcionamiento de su hogar.

Es muy importante, tomar en cuenta algunos puntos para el mejor funcionamiento en el hogar: primeramente tener en cuenta que cada miembro tiene un pensamiento y desarrollo distinto, aunque sean educados en el mismo hogar y por ello realizará las tareas de forma diferente; el trato y la negociación  podrá ser diferentes con los hijos, pero con el mismo nivel de responsabilidad. Es importante respetar las actividades de cada uno de los integrantes sin descuidar las responsabilidades en el hogar por ejemplo: horarios de escuela, tareas u otras; una buena sugerencia sería convocar a todos para una reunión periódica y realizar subastas de quehaceres para poder obtener un “premio”, por ejemplo, practicar su juego favorito, una salida con amigos, una velada en casa, etc.

Enseñarles a nuestros adolescentes a brindar ayuda o apoyo en cualquier momento que se requiera, a cocinar u otros quehaceres, es una de nuestras responsabilidades como padres. Debemos buscar la manera de involucrarnos en todas las actividades pues estas no solo le servirán dentro del hogar sino también les permitirá desarrollarse y prepararse para el futuro; aún mejor, llevarán esa formación como equipo dentro y fuera del hogar, sin duda esto va a contribuir a estrechar los lazos familiares e impersonales y a dar equilibrio emocional y afectivo en su vida diaria.

Padres, no olvidemos recordarles y enseñarles a nuestros hijos los que dice la palabra de Dios. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; Y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. (Deuteronomio 6:6-7)

Referencias y fuente de consulta.

https://www.encuentos.com/conciencia-social/como-fomentar-la-responsabilidad-en-los-ninos/

https://www.revestida.com/roles-hijos-en-el-hogar.html

Santa Biblia (1960) Reina Valera Corea Sociedades Bíblicas Unidas.